lunes, 10 de noviembre de 2014

Pastelitos de chocolate rellenos de crema de vainilla

Queridos reposteros, hoy os traigo una receta que cambiará vuestras vidas. Estos pastelitos son absolutamente deliciosos; pero para que podáis probarlos vosotros mismos... tendréis que poneros manos a la obra primero.

La receta la he elaborado con harina tradicional de trigo. Sin embargo, no habrá ningún problema si la adaptamos a otro tipo de harinas sin gluten como la de arroz (que es la que mejor resultados me ha dado). Por otro lado, veréis que entre los ingredientes se encuentra la crema de malvavisco. Para aquellos que nunca hayan oído hablar de ella, se trata de una crema americana hecha básicamente de nubes blancas de las que se ven en cualquier película en la que un grupo de amigos se juntan alrededor de un fuego y las comen pinchadas en brochetas, tras calentarlas un rato en el fuego.
Podéis conseguirla en cualquier tienda de alimentación americana, aunque ya os aviso que es un poco cara.


Si no tenéis acceso a ella o preferís guardaros ese dinero para otra cosa, siempre puede sustituirse por frosting tradicional, aunque es cierto que el resultado no es el mismo.

A parte de eso, el resto de ingredientes son de lo más normales. Esto es lo que vais a necesitar:
Para los bizcochos:

  • 1 huevo grande
  • 150 g de azúcar
  • 125 g de yogur natural (o medio vaso de leche con un chorrito de limón en su defecto)
  • 25 ml de leche entera
  • 1/4 cucharadita de esencia de vainilla
  • 75 g de mantequilla sin sal, derretida
  • 200 g de harina
  • 80 g de cacao en polvo
  • 3/4 cucharadita de bicarbonato sódico
  • 1/4 cucharadita de levadura en polvo
Para el relleno:
  • 170 g de mantequilla sin sal, ablandada
  • 280 g de azúcar glass
  • 220 g de crema de malvavisco 
Por último, antes de empezar, os dejo mi recomendación musical para cocinar: se llama Silvia Pérez Cruz y es una artista :) Aquí tenéis una de sus canciones, pero en Spotify podéis encontrar su álbum 'Granada', que es fantástico. https://www.youtube.com/watch?v=k7KmM8cwiZM 

Bueno, lo primero que vamos a hacer es batir el huevo y el azúcar hasta obtener una crema esponjosa.



Después, en una jarra aparte, mezclamos el yogur, la leche y la esencia de vainilla.


Una vez mezclado, lo añadimos poco a poco a la primera mezcla de huevo y azúcar.


Y lo mezclamos bien.


Entonces, derretimos la mantequilla y la agregamos, asegurándonos de que todos los ingredientes queden bien mezclados batiendo a conciencia.



Por otro lado, tamizamos el cacao y la harina junto al bicarbonato y la sal.



Una vez mezclados, los añadimos en dos tandas a la mezcla principal, batiendo a velocidad alta tras cada incorporación para que todos los ingredientes queden bien mezclados.




Finalmente obtendréis una masa bastante espesa (es así, no os preocupéis). 
Mientras preparamos el relleno, la metemos en la nevera y la dejamos reposar durante 20-30 min.


La preparación del relleno requiere paciencia y valor. ¿Por qué? Resulta que la crema de malvavisco tiene una textura pegajosa, parecida al chicle, por lo que resulta muy difícil de manejar, sobre todo a la hora de batir (cuidado si vuestra batidora empieza a oler a chamusquina, darle un descansito!)

En primer lugar batimos el azúcar glas y la mantequilla reblandecida hasta obtener una masa compacta y suave. (Mi mejor método es usar las manos, pues con la batidora es mucho más difícil)


Cuando los ingredientes estén bien mezclados y la masa quede suave, añadimos la crema de malvavisco y batimos poco a poco hasta obtener una masa esponjosa. ¡Ánimo! No es imposible, solo requiere un poco de paciencia.




En principio no es necesario conservarla en la nevera, pero como el horneado nos va a llevar un buen rato, podemos dejar que se enfríe un poco y sacarla del frigorífico unos 15-20 min antes de que rellenemos los pastelitos (sino será imposible untarla).

¡Es hora de hornear los pastelitos! Para ello, ponemos a precalentar el horno a 170ºC y forramos la bandeja del horno con papel de hornear (va a ser necesario hacer dos tandas).
Distribuimos la masa con una cuchara sobre la bandeja preparada, haciendo montañitas de unos 4 cm de diámetro, bastante separadas entre ellas (3 cm aprox). Ahora os parece muy poca cosa para tanta bandeja, pero en cuestión de minutos crecerán hasta el doble de su tamaño, por lo que llenar la bandeja más para ahorrar tiempo, resultaría contraproducente.


Introducimos la bandeja en el horno y los cocinamos durante 10-13 min, o hasta que estén ligeramente dorados por arriba y esponjosos al tacto.
Cuando estén listos, los sacamos y los dejamos enfriar sobre una rejilla metálica.


Hacemos lo mismo con la segunda tanda y así hasta que se nos acabe la masa.

Una vez estén completamente fríos, los rellenamos (no intentéis rellenarlos antes, pues con el calor que desprenden derretirían la mantequilla del relleno y este quedaría blandurrio).

Para rellenarlos os recomiendo poner una cucharada del relleno sobre una de las mitades y extenderlo con un cuchillo de mantequilla o una lengua, ya que la crema es bastante firme. 


Después colocamos una mitad que encaje con la untada y voilá, ya tenemos nuestros pastelitos.


Espero que los disfrutéis, porque son absolutamente deliciosos. Afortunadamente, la masa da para una decena, por lo que no os dolerá tanto compartirlos ;)



lunes, 15 de septiembre de 2014

Cake pops de almendra cubiertos de chocolate SIN GLUTEN

Hola amigos! Hoy os traigo una nueva receta que puede variarse al gusto para adaptarla tanto a celiacos como a alérgicos a los frutos secos. Ha sido mi primera vez, así que he aprendido algunas cosas importantes que voy a explicaros para que no tropecéis con las mismas piedras.
Para realizarla vais a necesitar un molde de pop-cakes, pero ahora son muy baratos. Yo conseguí el mío en el Ale-Hop por 6€ y viene con los palitos necesarios para una horneada.

Antes de nada, tened en cuenta que las almendras pueden ser sustituidas por nueces (o por un poco más de harina si no eres muy fan de los frutos secos) y que es una receta totalmente apta para celiaca. Yo la he utilizado harina de arroz en este caso, que junto a las almendras molidas da una textura perfecta.

Para realizar esta receta, he dejado un poco de lado la música y me he hecho literalmente adicta a 'Nadie sabe nada' de la cadena ser. Se trata de un programa de verano de improvisación en el que Andreu Buenafuente y Berto Romero responden a preguntas y sugerencias que los oyentes han enviado al programa. Es realmente divertido. Aquí podéis escuchar los podcast: http://www.cadenaser.com/nadie-sabe-nada/fonoteca/

Y ahora que ya estamos listos, empecemos. Estos son los ingredientes que vamos a necesitar:
  • 80 gr. de mantequilla
  • 110 gr. de azúcar
  • 1 huevo
  • 135 gr. de harina (de arroz en este caso)
  • 1 cucharadita de levadura en polvo
  • 80 ml de leche
  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
  • 60 gr. de almendras molidas
  • 150 gr. de chocolate negro
  • Fideos de colores, azúcar glas... para decorar

En primero lugar ponemos el horno a precalentar a 160º.

Manualmente batimos la mantequilla reblandecida con el azúcar hasta obtener una masa cremosa.


Después añadimos el huevo y seguimos batiendo.



Una vez obtenemos una crema suave, añadimos el harina, la levadura, la leche y el extracto de vainilla.


Seguimos batiendo durante dos minutos (podemos utilizar la batidora eléctrica) hasta obtener una masa con todos los ingredientes bien incorporados.


Finalmente, añadimos las almendras molidas y las mezclamos bien hasta que queden completamente incorporadas a la masa.


Es el momento de rellenar las semiesferas de la base del molde al máximo de su capacidad y encajar la tapa. Lo metemos al horno a media altura y horneamos durante 20 minutos.


Pasado el tiempo de horneado, los sacamos del horno y dejamos enfriar unos minutos antes de desmoldarlos.


Mientras terminan de enfriarse, derretimos el chocolate al baño maría y removemos hasta que esté completamente fundido.


Para poner los palitos los mojamos primero en el chocolate y luego los clavamos y los metemos unos 10 min en la nevera para que no se despeguen.



Para bañar los pop cakes os recomiendo mucha paciencia y que os ayudéis de una brocha para 'pintarlos' con el chocolate, ya que el proceso lleva su tiempo y es difícil ya que los palitos se caen con facilidad.

Una vez los hayáis cubierto con el chocolate, solo tenéis que espolvorearlos con fideos de colores, azúcar glas o lápices de decoración para que queden más monos.


Aunque veáis que no he cubierto todos de chocolate, os recomiendo que los bañéis todos, porque sino se quedan muy sosos.


Por último, aquí os dejo las ideas de decoración que proponen en el manual de Lekué.
¡¡Suerte!!


martes, 2 de septiembre de 2014

Tarta de Guinness y Cacao

¡¡Hola amigos!! ¡Cuanto tiempo sin recetas! Y ¿qué mejor manera de empezar Setiembre que con una nueva tarta? Y no una tarta cualquiera... una tarta con muuuucho chocolate y un toque de cerveza Guinness! Además, va cubierta con un glaseado de queso cremoso que le da un sabor perfecto.


La mala noticia es que debido a la cerveza, no es una tarta apta para celiacos. Sin embargo, si os atrevéis con una versión un poco más 'celiaca', sólo tenéis que sustituir la cerveza por leche, aumentar la cantidad de harina de arroz a 300 g y doblar la cantidad de levadura.

Su preparación os llevará un ratillo, por lo que os recomiendo un buen acompañamiento musical.
Si os apetece algo tranquilito... os recomiento la banda sonora de About time (Una cuestión de tiempohttps://www.youtube.com/watch?v=9FLGWstV7Vo

Para su preparación vamos a necesitar:
- 250 ml de cerveza Guinness
- 250 g de mantequilla sin sal
- 80 g de cacao en polvo
- 400 g de azúcar blanco
- 2 huevos
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 140 ml de suero de leche (puede ser sustituido por un yogur natural o por 140 ml de leche entera a la que agreguéis el zumo de medio limón y dejéis reposar 20min aprox.)
- 280 g de harina
- 2 cucharaditas de bicarbonato sódico
- Media cucharadita de levadura en polvo

Para el glaseado necesitaremos:
- 50 g de mantequilla sin sal, ablandada
- 300 g de azúcar glass
- 125 g de queso cremoso (tipo Philadelphia)
- Un poquito de cacao en polvo para espolvorear a modo de decoración

El tamaño de molde ideal para realizar esta tarta es uno circular de 23cm. Para que quedara mas fina, podríais utilizar uno de 26cm, pero nunca uno mas pequeño, ya que se os saldría la masa.
También es necesario papel de hornear para forrar el molde.


Antes de nada precalentamos el horno a 170º.
Después, vertemos la cerveza Guinness en un cazo, añadimos la mantequilla y lo calentamos suavemente hasta que se derrita completamente.


Una vez se haya derretido, retiramos el cazo del fuego e incorporamos el cacao en polvo y el líquido, removiendo.


Por otro lado, batimos los huevos a mano junto a la esencia de vainilla y el suero de leche (o uno de su sustitutivos mencionados arriba).


Después añadimos la mezcla al cazo.


En un cuenco a parte, tamizamos el resto de los ingredientes: Harina, bicarbonato y levadura.


Después, vertemos el contenido del cazo y batimos lentamente, rebañando las paredes del cuenco para asegurarnos de que todos los ingredientes quedan bien incorporados.



Entonces, vertemos la masa en el molde, previamente forrado con papel de hornear.


Horneamos durante 50 minutos aproximadamente o hasta que al insertar una broqueta en el centro del bizcocho ésta salga limpia.

Entonces lo dejamos enfriar y después lo desmoldamos y lo colocamos sobre una rejilla metálica para que expulse completamente el calor.



El proceso de enfriamiento puede llevar un largo rato, por lo que puede resultar el tiempo perfecto para preparar el glaseado. Sin embargo, esto no significa que al acabarlo podamos utilizarlo directamente, ya que es necesario que el bizcocho esté completamente frío.

Para preparar el glaseado, debemos batir la mantequilla (previamente ablandada ¡no derretida!) junto al azúcar glass hasta que no haya grandes grumos de mantequilla y ésta está bien mezclada con el azúcar.
Personalmente prefiero hacer este proceso a mano, ya que es más fácil mezclar los ingredientes.
Cuando consigamos una masa granulosa, añadimos el queso y batimos (ahora sí con batidora) primero a velocidad lenta y luego un poco más alta, hasta que el glaseado quede ligero y esponjoso.


Cuando el bizcocho esté frío, lo trasladamos a un plato o una base de tartas para glasearlo. 
Si la superficie no ha quedado lo suficientemente plana, podemos rebanar la capa superficial con un cuchillo largo y bien afilado para igualarla.

El proceso de extender el glaseado es relativamente sencillo. Recomiendo empezar por la superficie e ir bajando hacia los laterales. La cantidad de glaseado es proporcionalmente adecuada a la tarta, así que si os 'sobra' repartidlo generosamente; cuando la cortéis veréis que queda perfecto.

Mi último consejo es que no os preocupéis si el glaseado queda irregular, pues al dejar la tarta reposar en la nevera, se iguala un poco y queda bien.


Por último, podéis espolvorear la tarta con cacao en polvo a modo de decoración.


El tiempo de reposo en la nevera es indeterminado, ya que no es imprescindible. Sin embargo, recomiendo tomarla fresquita; sabe mucho mejor :)