martes, 2 de septiembre de 2014

Tarta de Guinness y Cacao

¡¡Hola amigos!! ¡Cuanto tiempo sin recetas! Y ¿qué mejor manera de empezar Setiembre que con una nueva tarta? Y no una tarta cualquiera... una tarta con muuuucho chocolate y un toque de cerveza Guinness! Además, va cubierta con un glaseado de queso cremoso que le da un sabor perfecto.


La mala noticia es que debido a la cerveza, no es una tarta apta para celiacos. Sin embargo, si os atrevéis con una versión un poco más 'celiaca', sólo tenéis que sustituir la cerveza por leche, aumentar la cantidad de harina de arroz a 300 g y doblar la cantidad de levadura.

Su preparación os llevará un ratillo, por lo que os recomiendo un buen acompañamiento musical.
Si os apetece algo tranquilito... os recomiento la banda sonora de About time (Una cuestión de tiempohttps://www.youtube.com/watch?v=9FLGWstV7Vo

Para su preparación vamos a necesitar:
- 250 ml de cerveza Guinness
- 250 g de mantequilla sin sal
- 80 g de cacao en polvo
- 400 g de azúcar blanco
- 2 huevos
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 140 ml de suero de leche (puede ser sustituido por un yogur natural o por 140 ml de leche entera a la que agreguéis el zumo de medio limón y dejéis reposar 20min aprox.)
- 280 g de harina
- 2 cucharaditas de bicarbonato sódico
- Media cucharadita de levadura en polvo

Para el glaseado necesitaremos:
- 50 g de mantequilla sin sal, ablandada
- 300 g de azúcar glass
- 125 g de queso cremoso (tipo Philadelphia)
- Un poquito de cacao en polvo para espolvorear a modo de decoración

El tamaño de molde ideal para realizar esta tarta es uno circular de 23cm. Para que quedara mas fina, podríais utilizar uno de 26cm, pero nunca uno mas pequeño, ya que se os saldría la masa.
También es necesario papel de hornear para forrar el molde.


Antes de nada precalentamos el horno a 170º.
Después, vertemos la cerveza Guinness en un cazo, añadimos la mantequilla y lo calentamos suavemente hasta que se derrita completamente.


Una vez se haya derretido, retiramos el cazo del fuego e incorporamos el cacao en polvo y el líquido, removiendo.


Por otro lado, batimos los huevos a mano junto a la esencia de vainilla y el suero de leche (o uno de su sustitutivos mencionados arriba).


Después añadimos la mezcla al cazo.


En un cuenco a parte, tamizamos el resto de los ingredientes: Harina, bicarbonato y levadura.


Después, vertemos el contenido del cazo y batimos lentamente, rebañando las paredes del cuenco para asegurarnos de que todos los ingredientes quedan bien incorporados.



Entonces, vertemos la masa en el molde, previamente forrado con papel de hornear.


Horneamos durante 50 minutos aproximadamente o hasta que al insertar una broqueta en el centro del bizcocho ésta salga limpia.

Entonces lo dejamos enfriar y después lo desmoldamos y lo colocamos sobre una rejilla metálica para que expulse completamente el calor.



El proceso de enfriamiento puede llevar un largo rato, por lo que puede resultar el tiempo perfecto para preparar el glaseado. Sin embargo, esto no significa que al acabarlo podamos utilizarlo directamente, ya que es necesario que el bizcocho esté completamente frío.

Para preparar el glaseado, debemos batir la mantequilla (previamente ablandada ¡no derretida!) junto al azúcar glass hasta que no haya grandes grumos de mantequilla y ésta está bien mezclada con el azúcar.
Personalmente prefiero hacer este proceso a mano, ya que es más fácil mezclar los ingredientes.
Cuando consigamos una masa granulosa, añadimos el queso y batimos (ahora sí con batidora) primero a velocidad lenta y luego un poco más alta, hasta que el glaseado quede ligero y esponjoso.


Cuando el bizcocho esté frío, lo trasladamos a un plato o una base de tartas para glasearlo. 
Si la superficie no ha quedado lo suficientemente plana, podemos rebanar la capa superficial con un cuchillo largo y bien afilado para igualarla.

El proceso de extender el glaseado es relativamente sencillo. Recomiendo empezar por la superficie e ir bajando hacia los laterales. La cantidad de glaseado es proporcionalmente adecuada a la tarta, así que si os 'sobra' repartidlo generosamente; cuando la cortéis veréis que queda perfecto.

Mi último consejo es que no os preocupéis si el glaseado queda irregular, pues al dejar la tarta reposar en la nevera, se iguala un poco y queda bien.


Por último, podéis espolvorear la tarta con cacao en polvo a modo de decoración.


El tiempo de reposo en la nevera es indeterminado, ya que no es imprescindible. Sin embargo, recomiendo tomarla fresquita; sabe mucho mejor :)

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